¿POR QUÉ ALEMANIA ES UNA POTENCIA MUNDIAL?
mundial y la primera de Europa da que pensar si se tiene en cuenta que, a pesar de haber
sido una gran potencia industrial a principios del siglo XX, esta quedó completamente
devastada en el que fue su último enfrentamiento bélico en 1945. Lo llamativo es que
no solo fue capaz de recuperarse del desastre de esta segunda guerra y convertirse en lo
que es a día de hoy, sino que también tras la Gran Guerra en 1918 se vio obligada a
firmar el famoso Tratado de Versalles debido a su derrota. Dicho tratado dejó al país
hundido en la ruina, la humillación y la inestabilidad política y aun así esta se levantó y
lideró su segundo gran enfrentamiento bélico hasta el año 1941.
Lo cierto es que esta mera introducción que solo resume lo que ha sido la historia de
Alemania en el último siglo ya dice mucho de este gran país. Una sociedad trabajadora,
calificada y con ganas de levantar un estado devastado puede que sea uno de los
factores que hace a esta potencia ser lo que es hoy, pero para entender con un poco más
de claridad el porqué del porqué hay que remontarse un par de siglos atrás ¿Cómo se
formó Alemania territorialmente a lo largo de los siglos? ¿Desde cuándo es un país
como tal? ¿Por qué Alemania es líder en nuestro continente habiendo perdido las dos
grandes guerras y Francia en contraposición que ganó ambas esta por detrás de esta?
Solo la historia puede ayudarnos a entender y por eso nos remontamos al año 843 con la
firma del Tratado de Verdún.
Muchos historiadores consideran que a partir de este tratado es cuando se empiezan a
forjar las bases de lo que sería el germen de la actual Francia y Alemania.
En la Francia previa al Tratado de Verdún la dinastía reinante era la Carolingia, con
Carlomagno a la cabeza, el cual unificó toda su herencia territorial tras la muerte de su
hermano. Cuando se divide el Imperio Carolingio tras dicho tratado en ese mismo año,
surge el Sacro Imperio Romano Germánico, también conocido como el I Reich.
Mientras que en el Sacro Imperio destacamos el Edicto de la Bula de Oro en 1356,
donde se crea una la constitución del imperio hasta su disolución, en Francia reinará la
dinastía de los Capetos y se darán las primeras cruzadas que culminaran con la
conquista de Jerusalén por parte de Francia, tendrá lugar la guerra de los Cien Años y se
creará el arte gótico.
A partir del siglo XV los emperadores del Sacro Imperio pertenecerían a la casa de los
Habsburgo, donde destacamos a Carlos V de Alemania y I de España, el cual haría
frente junto con el reino hispánico a los protestantes del norte europeo, puesto que
surgió el movimiento de la iglesia protestante con Martín Lutero en 1517. Se inició
entonces, en 1618, la Guerra de los 30 años que enfrentó al Sacro Imperio, Austria y
España (con sus respectivos territorios en Italia y países bajos) contra el resto de
Europa.
El final de esta guerra se saldó con la Paz de Westfalia en 1648 que supuso el fin de la
supremacía de los Habsburgo, una pérdida importante del poder y de la influencia de la
iglesia católica y que significó el fin del imperio germánico, donde este quedó dividido
en varios estados independientes, mientras que Francia, que se encontraba en el bando
ganador de la batalla, firmó el Tratado de Münster donde se le otorgaron numerosos
territorios como Alsacia, Landau… y con la Paz de los Pirineos que firmó con España
se sumó más territorios como el Rosellón o Artois.
En 1713 tras el Tratado de Utrech (posterior a la guerra de sucesión española) el rey
Felipe de Anjiou renuncia al trono francés para ocupar el español. Mientras, en la zona
de la futura Alemania, de 1740 en adelante se dará un dualismo entre la monarquía de
los Habsburgo y el reino de Prusia y para 1806 el imperio queda dividido y disuelto por
las guerras napoleónicas.
En 1815 se da la caída del primer Imperio Francés liderado por Napoleón Bonaparte y
se da la confederación germánica, que tras la revolución de 1848 donde se intentó crear
el primer parlamento alemán (que más tarde fracasará), la Guerra de los Ducados de
1864 y la Guerra de las siete semanas de 1866, Prusia se asegura la hegemonía
germánica, fundándose entonces el Imperio Alemán en 1871, también conocido como el
II Reich. Es importante también destacar las Guerras franco-prusianas, puesto que no
solo fueron un enfrentamiento y una relación más en esta línea comparativa de las dos
potencias europeas, también esta contienda fue junto con la guerra de Crimea uno de los
conflictos más importantes que se dieron en la Europa de finales del siglo XIX y
principios del XX. Las guerras franco-prusianas resultaron favorables para Prusia, que
se unió al Imperio Alemán y supuso el fin del Segundo Imperio Francés de Napoleón III
y el inicio de la Tercera República Francesa.
En Alemania mientras tanto se inició un periodo de gran desarrollo político, militar y
económico con Otto von Bismarck a la cabeza, convirtiéndose en una importante
competencia para la potencia del momento, Reino Unido.
Tras la primera guerra mundial, como se comentó en la introducción, Alemania quedó
devastada y hundida en la miseria a la par de que tuvo que firmar el duro Tratado de
Versalles (que se firmó en el mismo lugar en el cual los franceses tuvieron que aceptar
su derrota en la guerra franco-prusiana). Tras la firma de dicho armisticio, Alemania
perdió su condición de gran potencia y se vio obligada a pagar exorbitantes sumas en
concepto de reparación de guerras. Las dificultades con las que se topó Alemania para
hacer frente a los pagos hicieron que esta se sumergiese en una profunda hiperinflación
que acrecentó aún más todos los problemas económicos por los que estaba pasando. Fue
entonces cuando se creó la República de Weimar, alentada por la agitación del nazismo
hitleriano.
El Imperio Austrohúngaro desapareció, Austria se vio reducida a un pequeño estado y
surgirán Yugoslavia y Checoslovaquia como restos del antiguo imperio que más
adelante darán pie a importantes movimientos nacionalistas por parte de las pequeñas
etnias que las conformaban.
Francia mientras tanto recuperó Alsacia y Lorena y cabe resaltar que Alemania perdió
parte de su imperio colonial en África.
Llegó el temido crack del 29 y este supuso una fuerte sacudida de la economía a nivel
mundial. En el caso de nuestros dos protagonistas el impacto fue distinto, Francia a
diferencia de otros países no salió tan mal parada mientras que en Alemania la situación
se agravó aún más dando pie al surgimiento del fascismo.
En 1933 se dio el Tercer Reich de Alemania, con el ascenso de Hitler y este duró 12
años hasta el final de la guerra en 1945.
Hitler consigue levantar al país porque primero dejó de pagar las reparaciones de
guerras impuestas por el Tratado de Versalles y ejecutó un programa de reanimación
económica para dar trabajo a la población alemana que consistía en la construcción de
infraestructuras, tales como carreteras, redes de ferrocarril... y para 1936 no existía
ningún alemán desempleado. Mientras tanto el país se preparaba para la guerra con
armamento. A partir de 1943 el PIB de Alemania se recuperó a base de abusar de la
mano de obra judía esclava de los campos de concentración, que trabajaba gratis.
Durante la segunda guerra mundial, iniciada por Hitler y su fuerte sentimiento
nacionalista y de rencor por la humillación que había y estaba sufriendo Alemania,
comenzó a conquistar territorios por toda Europa, incluyendo gran parte de Francia
donde destacamos la famosa Francia de Vichy que colaboró con los nazis con tal de no
ser ocupada del todo.
A partir de 1941 Alemania comienza a perder la guerra y en marzo de 1945 las fuerzas
aliadas cruzaron el Rin por el oeste mientras que por el este avanzaba la Unión
Soviética. Es así como Alemania queda dividida en dos, una Alemania capitalista en
manos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia y una Alemania comunista controlada
por la URRS.
En 1961 se levantó el muro de Berlín y Alemania quedó dividida en dos.
Sin embargo, a partir de 1950 Alemania comenzó una importante recuperación
institucional y se convirtió en la tercera potencia mundial, superando a Reino Unido, la
URRS y a Francia. Esta última, a diferencia de Alemania y a pesar de que ambos países
se recuperaron también gracias al plan Marshall, Alemania se convirtió en un gran
exportador de coches, maquinaria... y en el principal promotor de la ampliación de la
Unión Europea, dándose entonces, hacia el año 2002 el importante paso del marco al
euro y haciendo que esta gran nación, a pesar de las grandes penurias por las que ha
tenido que pasar a lo largo de la historia ha demostrado tener lo que hacía falta para ser
a día de hoy líder en el mundo.
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